Entre 1829 y 1862 la mirada de los viajeros románticos sobre la Alhambra de Granada viraba entre la admiración y la ruina. La declaración en 1870 de la Alhambra como Monumento Nacional la convierte en bien público, comienza a regularse de manera ordenada la visita pública y se crean el museo y la biblioteca. Entre 1890 y 1923 el interés por la conservación del monumento conduce a reforzar la protección, a blindarlo con nuevas figuras administrativas y jurídicas, a incorporar el Generalife y a crear un patronato con singularidad propia que gobierne a partir de ese momento la totalidad del conjunto. La segunda y tercera década del pasado siglo fueron decisivas en la aplicación de una restauración científica que inaugura don Leopoldo Torres Balbás, padre de la Alhambra moderna, y que continúa su discípulo Francisco Prieto Moreno. En 1984 la Unesco declaró el conjunto monumental de la Alhambra y el Generalife Patrimonio Mundial por sus valores arquitectónicos y urbanos excepcionales.
Hay muchos motivos para conmemorar el ciento cincuenta aniversario de la declaración de la Alhambra como Monumento Nacional. La Corona española, a la que había pertenecido la Alhambra desde su entrada en enero de 1492, traspasó la propiedad del monumento al Estado. Aquel proceso fue tan excepcional como el propio bien. Según recuerdan los historiadores, la Alhambra cumplía dos condiciones inéditas que obligaron a las instituciones a un complicado rompecabezas burocrático y legislativo. De un lado, la Alhambra abarcaba un extenso patrimonio que superaba con creces los palacios e integraba un territorio de fincas agrícolas, jardines y numerosos inmuebles históricos. Por otro lado, era una propiedad laica, la primera en ser declarada Monumento Nacional. En aquel momento, la Alhambra se convirtió en el modelo donde se miraron poco tiempo después los otros bienes patrimoniales que aspiraban a similar modelo de protección. Ser declarada Monumento Nacional significaba, por lo pronto, que el Estado asumía su tutela, gobierno, conservación y promoción, y que por tanto estaba obligado a destinar partidas presupuestarias para asumir esas nuevas responsabilidades. El paso de los años demostró algo más: La Alhambra se había convertido en un excepcional artefacto cultural y turístico que con el tiempo se alzaría en emblema internacional. Hoy la Alhambra es un ejemplo de conservación preventiva. Se anticipa a los problemas, tiene un plan director, una hoja de ruta que garantiza su preservación para las generaciones venideras.
En palabras de Rocío Díaz, directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, aquella declaración “convirtió el conjunto monumental en una referencia mundial no solo por ser legado artístico e histórico único, sino por haberse convertido en un ejemplo de gestión patrimonial”. La apertura de un canal digital, alojado en la propia web del Patronato, permitirá conocer la importancia de esta declaración, la historia, los cambios y los valores artísticos y patrimoniales del monumento. “Es un canal que nace con vocación de continuidad —asegura Rocío Díaz—. Esta nueva ventana digital acoge exposiciones virtuales y recorridos por los espacios patrimoniales y sus bienes adscritos. Y junto a todo esto, el canal digital profundiza en la labor continuada de la Alhambra en la defensa de su preservación y conservación, así como en su materialidad y entorno, junto a las colecciones que atesora su archivo, biblioteca y museo”.
El número 49 de la revista Cuadernos de la Alhambra, publicación canónica de los estudios e investigaciones del conjunto monumental, aborda la efeméride en un monográfico especial que en palabras de la directora del Patronato ha de servir para asumir y reforzar el compromiso adquirido en 1870 y meditar entorno al significado que el conjunto posee en el siglo XXI. Los trabajos académicos que recoge el último número de Cuadernos de la Alhambra abundan en ello. La revolución liberal y su influjo en Granada y en el monumento, la declaración en sí o los más de doscientos cincuenta años del inicio de su documentación gráfica como bien patrimonial son alguno de los argumentos desarrollados en la publicación.
El número 49 de Cuadernos de la Alhambra está disponible en abierto y en pdf a través de la web del Patronato. Además de la última publicación, sus responsables han trabajado en los últimos meses en ofrecer en abierto y gratuitamente los cuarenta y ocho números anteriores, el primero de los cuales fue publicado en 1965.
Artículo publicado por primera vez en El Mundo Andalucía 9/04/2021